Fiscalidad de las sociedades patrimoniales

En el mundo de las inversiones y la empresa, la eficiencia fiscal puede marcar la diferencia entre triunfar o estancarte. En algunos casos, la sociedad patrimonial puede ser una herramienta estratégica a considerar.

Redactado por:

Tullio Moreno Crivellari

Última actualización:

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¿Cuándo interesa la fiscalidad de una sociedad patrimonial?

Las sociedades patrimoniales no solo se utilizan para optimizar la gestión de tu patrimonio, sino que también abren un abanico de posibilidades para proteger y hacer crecer tus activos.

En este artículo, conocerás todas las claves de fiscalidad de las sociedades patrimoniales para que puedas decidir en qué casos puede interesar utilizarla como herramienta fiscal:

ASPECTOS CLAVE:

  • Puedes aprovechar las sociedades patrimoniales fiscalmente, para reducir los impuestos a pagar por los ingresos generados por el patrimonio.
  • Te permiten separar tu patrimonio personal del empresarial para protegerlo de riesgos legales y comerciales.
  • También pueden utilizarse para la planificación sucesoria. Facilitan la transmisión ordenada y eficiente fiscal y legalmente del patrimonio a herederos o sucesores.

¿Qué es realmente una sociedad patrimonial?

Una sociedad patrimonial es una entidad dedicada principalmente a la administración del patrimonio o activos de sus propietarios y accionistas. La sociedad patrimonial no puede enfocarse en actividades comerciales.

Ahora bien, hay que entender que una sociedad patrimonial no puede constituirse directamente, ya que no es una jurídica como tal. Para que una sociedad sea considerada como patrimonial, debe cumplir un requisito:

“El único requisito para tener una sociedad patrimonial es que más de la mitad de sus activos no estén dedicados a una actividad económica. Esto es, deben ser activos o valores.”

Al centralizar la propiedad de activos en una entidad, los propietarios pueden beneficiarse de una estructura más eficiente desde el punto de vista fiscal y legal.

No obstante, hay que conocer bien en qué casos podríamos utilizar fiscalmente una sociedad patrimonial, sus ventajas e inconvenientes.

¿Cuándo interesa fiscalmente la sociedad patrimonial?

La fiscalidad de las sociedades patrimoniales se vuelve particularmente atractiva en ciertos escenarios.

Este tipo de entidades ofrece ventajas fiscales que pueden beneficiar significativamente a sus propietarios, especialmente en la gestión y protección de patrimonio.

Considerando su estructura y finalidad, una sociedad patrimonial interesa cuando:

  • Se busca optimizar la carga fiscal asociada a la renta generada por el patrimonio, aprovechando el régimen fiscal que ofrecen las sociedades.
  • Se desea proteger el patrimonio personal de los riesgos asociados a la actividad empresarial, segregando los activos en una entidad legalmente independiente.
  • Hay intención de planificar la sucesión patrimonial de manera eficiente, facilitando la transferencia de activos a herederos o sucesores.

Estas son las principales situaciones en las que puede ser útil. No obstante, es crucial evaluar las circunstancias específicas de cada inversor para poder determinar la conveniencia de la sociedad patrimonial como herramienta fiscal.

Consulta con un asesor fiscal que resuelva tus dudas y te ayude a determinar una estrategia fiscal, incluyendo o no sociedades patrimoniales en ella.

Ventajas de las sociedades patrimoniales

Optimización fiscal

Todos los ingresos en las sociedades patrimoniales tributan por el Impuesto de Sociedades, donde el tipo impositivo suele ser un fijo del 25% (o incluso menos si es una sociedad de nueva creación).

En el IRPF, el impuesto puede ser más bajo o más alto dependiendo de los ingresos reales de la persona. En tramos más altos puede superar el 45%.

Por ello, en circunstancias en las que nuestros ingresos nos hagan tributar por un porcentaje mayor al impuesto de sociedades, puede ser interesante valorar una sociedad patrimonial para ahorrar fiscalmente ese diferencial.

Un punto destacable a considerar es el 2% sobre el valor catastral que se aplica en el IRPF sobre nuestra segunda vivienda si está vacía. Con una sociedad patrimonial, evitaríamos ese recargo extra.

Protección de activos

Este tipo de sociedad permite separar el patrimonio personal del patrimonio destinado a la inversión. Esto ofrece una capa de protección contra todo tipo de riesgos legales e incluso comerciales.

Por lo tanto, puede ser útil en los casos en los que el valor de los bienes personales del inversor sean elevados. De esta forma, quedaría protegido su patrimonio personal de posibles reclamaciones derivadas de la actividad empresarial.

Planificación sucesoria

Una sociedad patrimonial puede ser interesante fiscalmente para facilitar la transmisión del patrimonio a los herederos o sucesores.

  1. De cara al Impuesto de Sucesiones, las Sociedades Patrimoniales gozan de una ventaja fiscal
  2. La sociedad patrimonial permite que la herencia se traspase de manera ordenada y eficiente, permitiendo una planificación sucesoria que puede minimizar los costes fiscales asociados a la herencia y simplificar los trámites legales.

Gestión centralizada

La centralización de la gestión de diferentes tipos de activos en una sola entidad facilita el control y seguimiento del patrimonio. Simplifica los procesos administrativos y las decisiones de inversión.

Flexibilidad en la inversión

Las sociedades patrimoniales ofrecen la posibilidad de invertir en todo tipo de activos, desde bienes inmuebles hasta valores bursátiles. Esto permite diversificar el patrimonio que debería ajustarse a la estrategia y el objetivo de inversión del propietario.

Desventajas de las sociedad patrimoniales

Costes de constitución y mantenimiento

Crear y mantener una sociedad patrimonial implica gastos iniciales y recurrentes, desde honorarios legales hasta costes administrativos y fiscales anuales. Estos costes pueden ser considerables, especialmente para patrimonios más pequeños.

  • Crear la Sociedad Limitada (S.L.)
  • Contratar a un Asesor Fiscal

Regulación y supervisión

Las sociedades patrimoniales están sujetas a una regulación específica y a una mayor supervisión por parte de las autoridades fiscales, lo que requiere un cumplimiento riguroso de las normativas y puede limitar ciertas decisiones de inversión.

Menor privacidad

Al constituir una sociedad patrimonial, cierta información financiera se vuelve más accesible para las autoridades, reduciendo la privacidad en comparación con la gestión directa del patrimonio personal.

Limitaciones en la deducción de gastos

La posibilidad de deducir gastos en sociedades patrimoniales es más restrictiva comparada con otras entidades, lo que puede afectar negativamente la eficiencia fiscal de la sociedad, limitando las estrategias para reducir la carga tributaria.

En casos en los queramos deducirnos gastos, siempre cabe la posibilidad de realizar una contratación de personal y pasarla a una sociedad con sustancia económica. Son este tipo de estrategias, para las que es recomendable contar con el apoyo de un asesor fiscal.

Complejidad en la gestión

La administración de una sociedad patrimonial requiere un conocimiento especializado de las leyes fiscales y mercantiles, así como una gestión detallada de los activos, lo que puede resultar en una mayor complejidad operativa y necesidad de asesoramiento profesional.

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