Este movimiento, impulsado por plataformas como Airbnb, Booking y las ventajas que proporciona para generar ingresos extra.
Estas ventajas son, sobre todo, la flexibilidad que ofrece para obtener ingresos adicionales, como por la accesibilidad para los inquilinos que buscan opciones de vivienda más económicas.
Sin embargo, junto con estos beneficios, el alquiler de habitaciones introduce una serie de obligaciones fiscales que tanto arrendadores como arrendatarios deben gestionar adecuadamente.
ASPECTOS CLAVE:
- Los ingresos por alquiler de habitaciones deben ser declarados como rendimientos del capital inmobiliario en el IRPF
- Se pueden deducir gastos de suministros, conservación y reparaciones relacionados con el alquiler
- Los ingresos netos del alquiler destinados a la vivienda habitual del inquilino pueden reducirse en un 60%
¿Qué es exactamente el alquiler de habitaciones?
El alquiler de habitaciones se refiere al arrendamiento de una parte de una vivienda, donde el propietario cede el derecho de uso y disfrute a un inquilino a cambio de un pago.
A diferencia del alquiler de una vivienda completa, el arrendador y el arrendatario comparten el uso de algunas zonas comunes de la propiedad.
Diferencias en la gestión
En el alquiler de habitaciones, la gestión se centra en el mantenimiento de una parte específica de la habitación, además de las áreas comunes. El propietario suele residir en la vivienda y comparte los espacios con el inquilino.
En el alquiler completo, se da la cesión total del uso de la vivienda al inquilino. El propietario no reside en la propiedad y la gestión se extiende a toda la estructura, lo que puede implicar una mayor carga de mantenimiento.
Diferencias en la fiscalidad
En cuanto a la fiscalidad en el alquiler de habitaciones, los ingresos generados se consideran rendimientos del capital inmobiliario y deben incluirse en la declaración de renta del propietario. Por lo tanto, tributarán dependiendo del tramo del IRPF.
Existen formas de aplicar deducciones por los gastos que veremos más adelante.
El alquiler completo también genera rendimientos del capital inmobiliario, pero el tratamiento de los gastos y deducciones puede cambiar, especialmente si el propietario no reside en el inmueble.
Obligaciones fiscales del alquiler de habitaciones
Los ingresos que se obtienen por el alquiler de habitaciones se consideran rendimientos del capital inmobiliario y, como tales, deben declararse en la declaración de la renta (IRPF).
Estos ingresos por alquiler de habitaciones se suman a la base imponible general del IRPF. Esto significa que se integran junto con otros posibles ingresos que el propietario pueda tener, como salarios, rentas por inversiones u otros rendimientos de capital inmobiliario.
Es crucial declarar estos ingresos para evitar posibles sanciones o inspecciones por parte de la Agencia Tributaria.
Deducciones y reducciones fiscales
Al alquilar una habitación, los propietarios pueden beneficiarse de varias deducciones y reducciones fiscales que ayudan a disminuir la carga tributaria.
Deducciones por gastos necesarios
Los propietarios pueden deducir de sus ingresos brutos del alquiler aquellos gastos necesarios para la obtención de dichos ingresos y para la adecuada conservación y mantenimiento de la habitación. Estos incluyen:
- Gastos de suministros: Agua, electricidad, gas, internet y comunidad, siempre que estos gastos estén debidamente justificados y sean proporcionales al tiempo que la habitación ha estado alquilada.
- Gastos de conservación y reparación: Cualquier gasto realizado para mantener la habitación en condiciones óptimas para su arrendamiento es deducible.
- Impuestos y tasas locales: Como el IBI y las tasas de basura, prorrateados en función del período de alquiler.
Es importante mantener todas las facturas y justificantes de estos gastos, ya que la Agencia Tributaria puede requerirlos en caso de una inspección.
Si necesitas ayuda para gestionar tu alquiler de habitaciones, contacta con un asesor fiscal y asegúrate de que estás aprovechando al máximo tus oportunidades de optimización.
Reducción del 60% sobre los beneficios
Los propietarios pueden aplicar una reducción del 60% sobre los ingresos netos del alquiler de habitaciones, siempre que el alquiler se destine a la vivienda habitual del inquilino y el contrato sea de un periodo superior a 12 meses.
Esta reducción se aplica después de deducir los gastos necesarios y es una ventaja significativa del alquiler de habitaciones, ya que reduce considerablemente la cantidad de ingresos a incluir en la base imponible del IRPF.
Para que esta reducción sea aplicable, es esencial que el contrato de alquiler especifique que la habitación arrendada se destinará a la residencia habitual del arrendatario. Además, el propietario debe asegurarse de cumplir con todas las normativas locales de arrendamiento y de tener la licencia correspondiente si es requerida por su municipio.
